Puede sonar raro al principio, pero el café con huevo —también conocido como egg coffee— está ganando muchos fans últimamente. Esta bebida, Vietnamita, mezcla el café de toda la vida con yema de huevo batida, y el resultado es una bebida cremosa, suave y sorprendentemente deliciosa.
Y no solo es cuestión de sabor. Esta combinación también tiene un montón de beneficios para la salud, ya que mezcla las propiedades del café con los nutrientes del huevo. Vamos a contarte por qué deberías probarlo.
Pero… ¿Qué tiene de bueno?
El café con huevo no es más que eso: café con yema batida. Pero el resultado va más allá de lo que imaginas. Aquí van algunas razones por las que podrías enamorarte de esta bebida:
1. Está lleno de antioxidantes
El café, por sí solo, es una bomba de antioxidantes. Estos ayudan a proteger tus células y a prevenir enfermedades como la diabetes o los problemas del corazón. Y la yema del huevo también tiene lo suyo: contiene luteína y zeaxantina, dos compuestos buenísimos para la vista.
2. Te da un extra de proteínas
El huevo es una excelente fuente de proteína de calidad. Si tomas esta bebida en el desayuno o antes de entrenar, te ayudará a tener energía por más tiempo y a recuperar los músculos después del ejercicio.
3. Aporta muchas vitaminas y minerales
En especial vitamina B12, D, hierro, zinc y selenio. Todo eso ayuda a tener un sistema inmune fuerte y un cuerpo que funcione como debe.
4. Es ligero y encaja en muchas dietas
A pesar de su textura cremosa, el café con huevo no tiene muchas calorías ni carbohidratos, siempre que no le pongas azúcar a lo loco. Es perfecto si estás en una dieta baja en carbohidratos o cetogénica

¿Cómo se prepara?
No necesitas ser barista ni chef. Esto es lo que vas a necesitar:
- Una taza de café recién hecho
- Un huevo (solo la yema)
- Azúcar, miel o edulcorante (si quieres)
- Leche o leche condensada (opcional)
- Canela o chocolate en polvos
Paso a paso:
- Separa la yema y guarda la clara para otra cosa.
- Bate la yema con el azúcar o edulcorante hasta que esté espumosa. Si quieres que quede más cremosa, puedes añadir un poco de leche o leche condensada si lo deseas.
- Prepara el café de la forma que tradicionalmente lo haces.
- En una taza o vaso de tu gusto vierte el café. Encima vierte la yema batida y espumosa poco a poco o a cucharadas.
- ¡Y listo! Puedes ponerle un poco de canela o cacao por encima a tu gusto.